Efectos nocivos
Las lámparas y bombillas están catalogadas como residuos especiales, en razón a
que contienen gases que mezclan en pequeñas cantidades el mercurio y el argón,
para dirigir el flujo de la corriente eléctrica dentro del tubo. Al contener una
sustancia altamente tóxica, para evitar que se rompan es muy importante entender
que su separación en la fuente, en las casas u oficinas, así como su disposición
final, no corresponde hacerla con los residuos ordinarios y menos con los
reciclables.
La primera recomendación que hacen las autoridades ambientales en torno a la
disposición de lámparas o bombillas, es recogerlas con los cuidados especiales y
disponerlos sólo en sitios establecidos. Los elementos que más contaminan los
suelos por la mala disposición final de los residuos de lámparas fluorescentes son
el mercurio, el zinc, el níquel, el cadmio, el plomo y el manganeso. Adicional a las sustancias tóxicas que pueden ser de gran peligro para los
humanos y el medio ambiente, el impacto ambiental también se debe al consumo
de electricidad del objeto y a la extensión de las horas de actividad y uso.
El impacto del consumo eléctrico
El consumo de electricidad que genera la bombilla crea un gasto mayor en el
consumo de recursos para poder generarla, como puede ser el consumo de
carbón, petróleo, energía hidroeléctrica, nuclear, eólica o solar. Todas las fuentes
producen un impacto y pueden generar gases nocivos que afectan al medio
ambiente de una manera peligrosa. El consumo de energía es uno de los mayores problemas del mundo, con cada vez más ríos y fuentes de agua natural cortadas para dar paso a presas y plantas hidroeléctricas y gran parte de la energía siendo generada de formas muy contaminantes como el carbón o el peligro inminente de desastres nucleares.
Estamos a tiempo de hacer un cambio
El consumo consciente empieza por el hogar. Es mucho lo que se ha hecho para detener el efecto negativo del gasto energético
generado por las bombillas incandescentes. La evolución de las bombillas
incandescentes a bombillas fluorescentes compactas y la nueva generación de
luces LED, permiten que la iluminación sea más eficiente, más económica y que
gaste menos energía en producir más luz. Si cambiamos las bombillas incandescentes regulares por luces con tecnología
LED aumentaremos el rendimiento de la energía, haciendo que utilicemos menos
electricidad y de esta manera contribuimos a que los recursos del planeta no se
malgasten.
Además, las bombillas LED duran casi seis veces más que las bombillas tradicionales, lo que reduce el número de reemplazos necesarios. Esto también reduce los costos y la cantidad de recursos necesarios para la fabricación, envasado y transporte. Todo esto significa menos emisión de carbono, que es la principal causa del calentamiento global. Considere reemplazar gradualmente sus bombillas regulares con bombillas LED y al final, podrá disfrutar de los beneficios de tener que cambiar una bombilla cada 5-10 años.
Es momento de proteger el medio ambiente
Somos especialistas en iluminación y te asesoraremos en los cambios necesarios para empezar a cuidar el medio ambiente y reducir la factura mensual por consumo eléctrico.